"Never Say Die!" fue uno de los álbumes mas polémicos que editaron los maestros de lo macabro, creadores indiscutidos del sonido Heavy Metal.
A mediados de la década del 70 y luego de una seguidilla de discos clásicos los problemas de drogas comienzan a hacer algunos estragos en el seno de Black Sabbath , quienes habían empezado a experimentar con nuevas búsquedas en el sonido de su música. El álbum "Technical Ecstasy" de 1976 mostraría algo de esto y su gira de presentación terminaría siendo poco menos que un desastre, dejando como resultado una banda fracturada por el abuso de las drogas duras y a sus integrantes en una pésima situación financiera tras venir siendo estafados año tras año por su management. Es en este momento que Ozzy decide alejarse por primera vez del grupo y es reemplazado por el ex cantante de Fleetwood Mac, Dave Walker, con quien la banda comienza a trabajar intensamente y hasta llega a presentarse en un programa de la BBC ejecutando una primitiva versión de "Junior´s Eyes". Pasados unos meses Ozzy decide regresar pero el escenario no era el óptimo: las drogas y la relación tirante entre Osbourne y Iommy generan un mal clima que sumado a las presiones por editar un nuevo trabajo y la necesidad de hacerlo rápido para poder afrontar los costos del estudio terminarían desencadenando lo previsible.
En primer lugar Ozzy se negaría a cantar los temas que había co-escrito Walker con el grupo por lo cual se terminaría cambiando practicamente todo lo hecho, principalmente las letras. En segundo lugar, el material no era el suficiente como para llenar las dos caras de un LP , motivo por el cuál el grupo, que ya tenía reservado desde hacía tiempo el estudio, se vería obligado a componer la música faltante durante las sesiones de grabación. Esta necesidad los llevaría a crear rápidamente material que emergería de un proceso de experimentación con sonidos y estilos muy dierentes al Heavy Metal, como el Jazz Rock, la Fusión y el Rock Progresivo del cual saldrían a la luz algunas composiciones interesantes pero en realidad poco maduradas y por momentos algo desenfocadas. Para el proyecto se contó con la ayuda de Don Airey en los teclados y de un arreglador que ya venía trabajando con ellos desde "Sabbath Bloody Sabbath", Will Malone. (Sí, el mismo tipo que produjo el album debut de Iron Maiden).
Dentro de este contexto hubo un tema que se usó para completar el disco y en el que Ozzy se negó a participar ya que había sido escrito por Walker . La canción en cuestión era "Swinging the Chain" que se publicó como el último track del LP y fue cantada por Bill Ward.
Para entender un poco mejor el porqué de estos apremios a pesar de que Black Sabbath era una banda ya consagrada tendríamos que situarnos en la época. Agrupaciones como Deep Purple (que ya había desaparecido), Led Zeppelin y Black Sabbath estaban en plena cuesta descendente, desplazadas principalmente por el movimiento Punk y por la aparición de nuevas bandas de Hard Rock y Heavy Metal como Kiss, Judas Priest, Mötorhead y Thin Lizzy. Esta situación influía decididamente en el apoyo económico que podía llegar a brindarles el sello discográfico y era por esto que la agrupación pensaba mas en como costear la factura del estudio que en la música que se estaba registrando, descontando que además existía una imperiosa necesidad de renovar y modernizar el sonido del grupo de manera que resultara mas atractivo a los oídos de las nuevas generaciones de público.
De mas está decir que el álbum resultó ser un fracaso al igual que su gira. En USA se les ocurrió llevar como acto soporte a unos chicos nuevos de California llamados Van Halen, quienes noche tras noche se encargaron de eclipsarlos con su apabullante energía y su increíble destreza.
Luego del tour, en el cual se tocaron solamente dos o tres temas del álbum, Ozzy decidió abandonar definitivamente el grupo lo que abriría un nuevo capítulo tanto para él como para Black Sabbath.
Hoy en día y ya con 35 años de edad "Never Say Die!" es una pieza en la discografía de Black Sabbath que merece ser escuchada y disfrutada mas como una rareza que como un paso en falso. Aquellos que aman la música y no viven encasillados dentro de un estilo, eseguida van a apreciar esta obra que es el producto del talento de cuatro tipos, que dentro de un contexto de mierda, registraron un album que causa placer escuchar y que por momentos se acerca a la música de mounstros del Jazz Rock como Al Di Meola o los Braker Brothers.
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